Un reportaje de la prensa estadounidense denuncia las técnicas agresivas de las clínicas chinas para curar a quienes consideran adictos a Internet.
Varios países asiáticos, como China, Corea del Sur, Tailandia o Taiwan, han visto como en los últimos años crecía el número de jóvenes y adolescentes adictos a la Red, un problema que empieza a preocupar seriamente a las autoridades.
Según The Washington Post (precisa registro), en el caso de China las medidas a tomar han ido bastante lejos. La addición a Internet es, según la Liga Joven Comunista, "un grave problema social que amenaza a la nación".
De modo que limitar el acceso de los jóvenes a cibercafés o introducir sistemas que expulsen a los usuarios de juegos online después de cinco horas seguidas no es suficiente: hay que tratar a los adictos.
Así, las autoridades chinas han colaborado en la creación de ocho clínicas de rehabilitación. El artículo del diario estadounidense se refiere concretamente a una ubicada en Pekín, donde los pacientes (de entre 12 y 24 años) reciben un tratamiento que incluye consejeros, disciplina militar, fármacos, hipnosis y electroshocks suaves.
La mayoría de los internos está allí contra su voluntad, enviada por sus padres. La clínica, que está situada en una base de entrenamiento militar, les cuesta a las familias unos 1.300 dólares al mes, diez veces el salario medio en China.
Algunas voces críticas afirman que detrás de esta campaña tan agresiva contra la adicción a Internet está la conocida preocupación de las autoridades chinas por la información a la que acceden sus ciudadanos en la Red, donde es mucho más difícil mantener la censura.
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